Se sabe que la gran parte del sabor y el aroma de café depende de la variedad, de la calidad del grano, grado de madurez, y de cuantos grados la tuestan. Depende del proceso, el café sufre varias transformaciones de color, sabor y aroma.
Para preservar
al máximo el sabor y aroma del café, una vez abierto el envase debemos cerrarlo
de forma hermética y guardarlo en un lugar oscuro, seco y fresco, a unos 15ºC
de temperatura.
Al controlar
el proceso del tueste del café se obtiene un mejor aroma:
- Tostado oscuro, se potencia el sabor amargo y predomina los sabores de caucho, humo y ceniza.
- Tostado medio,
en esta temperatura se empiezan a destruir los ácidos y a
stringentes. El tostado medio serio el más balanceado y jugoso. - Tostado ligero, sin embargo, al iniciar el tueste los azucares se descomponen ácidos que son aquellos responsables de su acidez.
Dependiendo
del grado y proceso del tueste su aroma del café será fuerte o débil.
El aroma del
café se hace a partir de una base de café tostado en grano, generalmente de
variedad arábica, que es más suave y sutil. Se añaden los complementos, en
forma líquida o sólida una vez ya tostado el café, de forma que se unen las dos
fragancias y sabores.
El aroma
del café es en gran parte responsable también de su sabor. Debido a este delicioso
aroma del café hay muchos amantes a la cafeína.
Los amantes
de café son capaces de reconocer que una cafetería esta en la zona aun cuando
se encuentre muy lejos, ya que la adicción a la cafeína permite detectar su
aroma incluso en pequeñas cantidades. Los adictos al café son más sensibles al
aroma del café, por lo cual cuando tiene un antojo de la cafeína florece su
habilidad para detectar el olor se hace un mas fuerte.
Esta comprobado
que mientras exista un consumo alto de cafeína en una persona, más rápido suele
reconocer el olor al café. El olfato de los adictos al café se optimiza para
percibir con más precisión el aroma de esta bebida, a comparación de aquellos
que no toman café que se les suele ser imperceptibles.
El aroma de
café tiene el poder de poner de buen humor a aquellos amantes de la cafeína. Eso
es porque el aroma tan inconfundible activa de forma inmediata buenos recuerdos
que asociamos con energía, despertar y buenos momentos.
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